Los mejores estrenos (de otros años) que vi por primera vez en el 2024
Un repaso de las excelentes "viejeras" que descubrí en los pasados 12 meses.
Algunos las llaman incorrectamente “las listas de la vergüenza”, compuestas por aquellos clásicos que todo buen cinéfilo debería haber visto, pero para mí no son otra cosa que listas llenas de posibles tesoros que brillan con oportunidades únicas. Qué más quisiera yo que poder ir a Lacuna Inc. y borrar de mi memoria todas las películas que me encantaría poder volver a ver por primera vez. No hay nada como ese feeling de descubrimiento, y es algo que todos los años persigo activamente para contrarrestar la monotonía de los estrenos.
¿Cómo realizo esta expedición cinematográfica? Pues la ruta varía de un mes al otro. A veces la muerte se encarga de trazar el camino, tras el fallecimiento de algún reconocido cineasta que me lleva a sumergirme en su carrera (este año me pasó con Donald Sutherland, Gena Rowlands y Kris Kristofferson). Otros senderos son dictados por intereses propios de llenar algunas lagunas, como cuando en el 2022 me dio por conocer el cine de Bollywood -del que quedé locamente enamorado-, o cuando ahora arranque el 2025 finalmente viendo los filmes de John Waters, cuya filmografía desconozco en su totalidad. Pero la verdad es que escojo qué ver por un sinnúmero de razones, que van desde el tremendo trabajo curatorial del Criterion Channel, hasta un comentario que vi a alguien hacer en una red social.
Revisando mis estadísticas en Letterboxd, sobresalen tres “fiebres”que tuve durante el año: el director Sam Peckinpah, los westerns y la época de oro del cine mexicano, y no debería sorprenderme, pues los tres temas van de la mano. Y para que tengan una idea de cómo funcionan estos “rabbit holes”, aquí les va este breve recuento.
Todo empezó porque en marzo compré este excelente box set con cinco películas de vaqueros dirigidas por Budd Boetticher y protagonizadas por Randolph Scott. Reseñas que leí de la colección lamentaban la falta de Ride the High Country, también estelarizada por Scott, pero dirigida por Peckinpah. Esto me hizo buscar ese estupendo largometraje de 1962, y más o menos para esa misma fecha (mediados de julio) salió Pat Garrett and Billy the Kid en 4K, lo cual me llevó a revisitar e indagar en la filmografía de Peckinpah al punto de que acabé leyendo su biografía titulada If They Move . . . Kill 'Em!, escrita por David Weddle, donde me enteré de la fascinación del cineasta por México, por lo que terminé el año disfrutando de varias joyas cinematográficas del país de mi padre.
Como ese cuento hay otros que me condujeron a clásicos del horror que vi en octubre (Bride of Frankenstein, The Entity), ganadoras y nominadas al Óscar que nunca había visto (Ordinary People, Quiz Show, Far From Heaven) y loqueras del cine underground o de culto, como Riki-Oh: The Story of Ricky y la serie de Terrifier. Y sí, también hubo algunas de esas que provocan la reacción “¿¡QUE TÚ NO HABÍAS VISTO _______!?", pero como dije al principio, no hay por qué abochornarse. He visto miles de películas y lo mejor es que me quedan miles más por ver y descubrir.
A continuación, mis diez favoritas del pasado año.
Pat Garrett & Billy the Kid (1973)
Si tuviera que escoger cuál fue la mejor película que vi en el 2024 -de este o cualquier otro año-, sería esta maravilla de Sam Peckinpah que me mantuvo cautivo por días a través de los tres cortes incluídos en la fantástica nueva edición del Criterion Collection. Estaba listo para declararla una obra maestra con tan solo ver su infame corte teatral -que fue severamente editado por el estudio, e injustame despachado por la crítica-, porque incluso en él me fue evidente su novel acercamiento al género del western, algo que solo se me hizo más obvio tras ver las otras dos versiones, más cercanas a la visión original del director.
Hay tanta salvaje poesía en el sublime guión de Rudy Wurlitzer, que transcurre como la marcha fúnebre más triste jamás compuesta a la memoria de una época, un lugar, un género, una historia, a la leyenda de Pat y Billy y, por supuesto, al propio Peckinpah, cuyas tragedias, tormentos y derrotas personales quedan plasmadas en cada recuadro de esta película, hermosa y dolorosamente resumida en su línea final: “Lo que quieres y lo que consigues son dos cosas muy distintas”.
Bring Me the Head of Alfredo García (1974)
Si Pat Garrett and Billy the Kid se desarrolla como una marcha fúnebre, este es el largo y angustioso descenso al infierno. Un filme repleto de monstruos -tanto ficticios como personales para Sam Peckinpah- y ninguno mayor entre ellos que el que interpreta Warren Oates como el bartender que es contratado para traer de vuelta la cabeza del tipo que embarazó a la hija del jefe de un cartel mexicano. El cine de los setenta no se pone más oscuro y fatalista que esto.
House of Pleasures (2011)
Meses antes de que el director Bertrand Bonello me hipnotizara con The Beast (incluída en mi lista de lo mejor del 2024), el cineasta francés ya lo había hecho de una manera aún más poderosa con este inolvidable drama, acerca de un burdel parisino y las prostitutas que sobreviven a diario en él. Estéticamente precioso, temáticamente denso y profundo, y colmado de magníficas actuaciones, el largometraje es una absoluta delicia.
The 8 Diagram Pole Fighter (1984)
La mayoría de la gente no sabe los tesoros que yacen escondidos en el app de Tubi, especialmente del cine de género, como por ejemplo este rotundo clásico de las cintas de artes marciales de Hong Kong, que me voló la cabeza con sus increíbles secuencias de combate expertamente coreografiadas. La vi una noche y al día siguiente ya estaba ordenando una copia en Blu-ray.
The Ox-Bow Incident (1943)
Resulta difícil ver esta soberbia obra moral de William Wellman sin pensar en 12 Angry Men, y no solo porque ambas son protagonizadas por Henry Fonda. Estrenada 14 años antes que aquel otro clásico de Sidney Lumet, la trama se asemeja en su búsqueda y ejecución de la justicia, solo que en lugar de en una corte, aquí todo el proceso se lleva a cabo a la intemperie, alrededor de una fogata, donde “a lot of angry men” discuten la posibilidad de colgar a tres hombres acusados de matar a un granjero y robarle su ganado. Y todo esto lo logra en 76 cautivantes minutos.
Roman Holiday (1953)
Aquí está la primera de esas “¿¡QUE TÚ NO HABÍAS VISTO QUÉ!?”. Pues sí, no fue hasta el 1 de enero del 2024 (excelente manera de empezar el año) que vi esta chulería de William Wyler. No que necesitara otra razón para estar eternamente enamorado de Audrey Hepburn, pero nunca está de más recordar su incomparable encanto natural.
Risky Business (1983)
Y aquí está la otra que nadie me cree que jamás había visto. Por años le di de largas al asunto porque sinceramente creía que era solo otro 80's teen sex comedy, y resulta que esa presunción no podía haber estado más lejos de la realidad. Escrito y dirigido por Paul Brickman, el largometraje pudiera verse como el hermano más oscuro, inteligente y cínico de Ferris Bueller's Day Off, con la diferencia de que este sabe que su protagonista es un pedante que siempre se saldrá con la suya y progresará en la vida a pesar de su ineptitud y sin ninguna consecuencia.
The Awful Truth (1937)
La comedia del año, y si no lo es, ahora mismo no recuerdo haberme reído más en ninguna otra. Cary Grant y Irene Dunne, como un matrimonio que decide separarse tras mutuas sospechas de infidelidad -pero que no pueden tolerar cuando ambos empiezan a salir con nuevas parejas-, es la combinación perfecta de este irresistible screwball comedy.
Ohayō (1959)
He visto varios filmes del renombrado cineasta Yasujiro Ozu, todos dramas familiares, por lo que no estaba ni remotamente preparado para esta comedia suya -acerca de dos hermanitos que pactan no hablarle más a sus padres hasta que les compren un televisor- en la que hay múltiples chistes hechos a expensas de pedos. Comiquísima.
Víctimas del pecado (1951)
Los film noir gringos de la misma época son unos “nenes de teta” al lado de esta joya del cine mexicano -dirigida por Emilio “El indio” Fernández-, que combina elementos del sórdido género con el más exquisito melodrama y fantásticos números musicales a cargo de Ninón Sevilla, como una bailarina de mambo de un cabaret que decide criar por sí sola al bebé que rescató de un zafacón. Repito: “nenes de teta”. No hay mejor sensación que cuando un filme te hace descubrir el trabajo de artistas del cine del pasado cuyos respectivos trabajos ahora quieres conocer, y este añadió tres nombres a mi interminable lista: Fernández, Sevilla y el cinematógrafo Gabriel Figueroa.
La lista completa con los 50 clásicos que descubrí y me fascinaron en el 2024 la encuentran en mi perfil de Letterboxd.
¿Cuáles vieron y fueron los favoritos de ustedes? Me encantaría saberlos y continuar la conversación abajo en los comentarios.
Gracias por otro año leyéndome en este espacio y un agradecimiento especial a aquellos de ustedes que pagan por su suscripción por ayudarme a continuar realizando este oficio. Feliz Año Nuevo y nos vemos en el 2025.