"Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem" está súper ultra mega nítida, "dude"
Las tortugas ninja regresan a la pantalla grande mejor que nunca.
“¡No queremos más refritos!”, exclamó el cínico fan/crítico de cine, “¡EXCEPTO, cuando quedan tan buenos como Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem!”, claro está.
Hola. Soy yo, el cínico fan/crítico de cine que se la pasa lamentando la falta de novedad en la cartelera comercial, y estoy aquí para decirles que la séptima película en poco más de treinta años de las tortugas ninjas está buenísima. Es más, no solo está buenísima: es la mejor que se ha hecho acerca de estos queridísimos personajes. Así que, no es que necesariamente estemos cansados de ver lo mismo en pantalla, sino más bien de verlo mal hecho, y el estreno de esta semana comprueba que se puede ser original, incluso cuando se trabaja sobre una copia de una copia de una copia.
He estado viendo a los Ninja Turtles desde que la primera serie animada comenzó a transmitirse por televisión a final de la década del 80. De hecho, fue la última línea de juguetes que capturó mi imaginación durante mi infancia y que recibí como regalos debajo del árbol de Navidad. Aunque no he seguido de cerca todo lo que se ha hecho con la marca desde entonces, sí he visto todos los filmes, y lo que hace a este sobresalir por encima de los demás es la manera tan divertida como reinventa el origen de las tortugas haciendo hincapié en la parte Teenage del título.
Mutant Mayhem se aferra al espíritu adolescente de los antropomórficos héroes de acción, no solo a través de un cuarteto de actores que atraviesa esas edades -compuesto por Nicolas Cantu, Brady Noon, Micah Abbey y Shamon Brown Jr.-, sino también subrayando los complejos, ansiedades y anhelos que experimentamos durante esa etapa de la vida, cuando todos queremos manifestar lo que nos distingue y sentirnos que pertenecemos al mismo grupo. En el caso de “Donatello”, “Michelangelo”, “Leonardo” y “Raphael”, el deseo es aún mayor, pues viven aislados de la sociedad, incapaces caminar libremente por las calles, asistir a la escuela o tan siquiera ser vistos por el resto de su comunidad neoyorquina. Son mutantes, tal y como su padre, la rata Splinter (¡Jackie Chan!), quien los obliga a vivir en las alcantarillas para protegerlos de la crueldad del mundo humano.
Su vida oculta, sin embargo, no los mantiene ajenos de la cultura popular: están pendientes a las redes sociales, a lo que está trending, sueñan con conocer a Beyonce o a Drake, son fans del MCU y han visto todas las secuelas de Fast and the Furious. El sentido del humor del libreto -escrito por Seth Rogen, Evan Goldberg y Jeff Rowe- es tan inteligente como inmaduro, repleto de chistes que apelan a todas las generaciones que han crecido con las tortugas, y estas a su vez gozan de una distinción que no se limita al color de las cintas que llevan en sus cabezas o las armas que usan. No comparten pesos ni estaturas, sus respectivos tonos de voz recogen toda la gama de variantes de agudos a graves que son característicos de la pubertad, y sus formas de ser están igualmente acentuadas: “Leo”, el líder; “Mikey”, el payaso; “Donnie”, el tech guy; y “Raph”, el buscabulla. Independientemente de cuál sea su favorito, todos quedan ejemplarmente plasmados en pantalla, pero lo mejor es verlos trabajar en equipo.
Al cuarteto se le une “April O’Neil” (Ayo Edebiri), una joven reportera estudiantil que anda investigando los ataques perpetrados por un criminal llamado “Superfly” (Ice Cube, en una comiquísima interpretación vocal), cuya meta es mejorar las condiciones de vida para otros mutantes que son perseguidos como él. La trama parece sacada de una historia de los X-Men, pero le cae como anillo al dedo a esta franquicia, que aprovecha la ocasión para hacer y deshacer viejas alianzas y enemistades de manera tal que sorprenderán a los fans más viejos que quizá pensaron que irían al cine a ver otra trillada historia de origen. Mención aparte merece la pulsante banda sonora a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross -rica en sonidos electrónicos-, así como el elenco vocal, que incluye nombres como Maya Rudolph, Giancarlo Esposito, Paul Rudd y Rose Byrne, quienes dejan una memorable impresión, incluso cuando a algunos de ellos solo tienen dos o tres líneas de diálogo.
El título promete “Mutant Mayhem”, y eso es justo lo que se sirve a través de las fabulosas secuencias de acción estupendamente ejecutadas (la que corresponde a “Splinter” parece sacada de cualquier cinta de Jackie Chan), que toman prestado del estilo establecido por recientes clásicos modernos del medio -tales como Into the Spiderverse y The Mitchells vs the Machines (Rowe fue codirector y coautor de esta última)- de dibujar por encima de la animación computarizada para darle un look gráfico más similar a un cómic. El resultado es deslumbrante y un acierto más en la creciente lista de éxitos animados contemporáneos.
Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem estrena este miércoles, 2 de agosto.