"Superman" regresa por todo lo alto
Bajo el ala del director James Gunn, el legendario personaje de DC Cómics retorna a sus raíces armado de su mayor súper poder: su humanidad.
Quizá sea ingenuo apelar a la nobleza en tiempos tan profunda y trágicamente cínicos, pero esa es la apuesta que ha hecho el director James Gunn con el estreno de Superman, un filme tan diametralmente opuesto a los más recientes que hemos visto del icónico personaje, que parecería provenir de otra dimensión, una en el que la empatía es más poderosa que la capacidad de hacer añicos una metrópolis por fuerza bruta. Sin embargo, reducir las intenciones de Gunn a una mera respuesta a los errores garrafales del pasado, sería restarle mérito a sus intenciones artísticas, que incluyen no solo devolver al superhéroe de DC Comics a su bondadosa esencia, sino presentarle al público general un lado de su singular universo que hasta ahora no se había visto en el cine.
Su apariencia humanoide tiende a hacer olvidar el hecho de que el último hijo de Krypton es un inmigrante en la Tierra, el residente más extranjero del planeta, literalmente un “ilegal alien”. Este detalle no se le escapa al libreto de Gunn. De hecho, lo coloca en primer plano e impulsa en gran medida las maquinaciones de la trama. El que esta película llegue a los cines en momentos cuando ciudadanos están siendo violentamente perseguidos, sin duda le añade un triste e inescapable subtexto socio-político al argumento (y ni hablar de las imágenes de ejércitos apuntando sus tanques y ametralladoras a personas armadas de piedras y palos), mas este no es el único matiz alienígena que Gunn está interesado en explorar.
Muy a tono con las fijaciones de la persona encargada de introducir a la mayor parte del mundo a las extrañas particularidades de los héroes de la trilogía de Guardians of the Galaxy, el cineasta no titubea a la hora de exponer en pantalla los elementos más “raros” del personaje, y hago uso de las comillas porque estos solo resultarán chocantes para aquellas personas que jamás hayan leído sus cómics o visto alguna de sus series animadas. Estos recorren la gama que va desde un adorable perro kriptoniano, hasta un Justice League (o, mejor dicho, Justice Gang) compuesto por superhéroes, digamos, atípicos, inusuales para el cine, pero nada fuera de lo normal en un episodio de Justice League Unlimited. En síntesis, Gunn está interesado en el nerdy-ass, goofy comic book shit, y es parte de lo que distingue su propuesta de todas las anteriores.
El otro gran acierto fue la decisión de no hacer de esta película otra historia de origen. La trama arranca con gran impulso in media res, introduciéndonos a Superman desde un punto de partida que también se sale fuera de lo común: segundos después de haber sufrido su primera derrota. Al actor David Corenswet le toma menos de cinco minutos adueñarse del personaje y establecer su propia versión a través de una caracterización que no escatima en la expresión de sentimientos, especialmente a la hora de manifestar sus miedos y frustraciones. Me atrevo a decir que incluso al más fiel partidario de Henry Cavill le será difícil controlar que se le erice la piel tan pronto “Kal-El” realiza su primer vuelo y la magia innata del personaje toma el control de las emociones, pero claro, estos han jurado no ir a verla, así que ellos se la perderán.
Alrededor de Corenswet, Gunn coloca a un excelente reparto, que incluyen a Nicholas Hoult como el megalomaníaco “Lex Luthor”, que el actor se deleita en interpretar como una patética y siniestra mofa de Elon Musk, con todo y su propio ejército de monos dedicados a esparcir veneno en las redes sociales; la encantadora Rachel Brosnahan, como la intrépida reportera “Lois Lane”; Edi Gathegi, quien se encarga de que “Mr. Terrific” se convierta en el nuevo superhéroe favorito de todo el mundo; y Nathan Fillion, como “Guy Gardner”, el “Green Lantern” que prácticamente nadie conoce pero que nadie olvidará después de verlo aquí. Entre sus múltiples virtudes como cineasta, Gunn definitivamente tiene un tremendo ojo para el arte del casting.
Dicho eso, no todas las decisiones dan en el blanco. Reusar el clásico tema de Superman de John Williams es un innecesario toque nostálgico, que si bien es un leitmotif insuperable, Hans Zimmer hizo maravillas con su banda sonora de Man of Steel -lo único memorable de ese filme-, y hubiese sido fabuloso tener un nuevo tema musical que acompañase a este Superman. Por otro lado, su guión a veces da la impresión de tener demasiadas cosas pasando a un paso apresurado y en una relativamente corta duración (gracioso que 129 minutos se considere “corto” en el cine comercial actual), pero nunca llega a sentirse rebuscado, y el aterrizaje de los múltiples hilos narrativos no es forzoso. Estos llegan a una conclusión satisfactoria que deja las puertas abiertas a futuras aventuras en este nuevo universo de DC y sin hacer que esta película se sienta como un tráiler extendido de lo próximo.
Lo que está por verse es si dicho universo continuará después de esto o si implosionará como muchos otros. Aquellos que hayan seguido los preámbulos a esta película en series como Peacemaker y Creature Commandos, o leído el próximo cómic en ser adaptado, Supergirl: Woman of Tomorrow, apreciarán cómo Gunn está empezando a interconectar las diferentes propiedades de maneras muy sutiles, pero efectivas. Vivimos tiempos muy inciertos en lo que respecta al futuro de los superhéroes en la pantalla grande. Quisiera pensar que aún existe un apetito por estas historias fantásticas que apuestan a algo que actualmente resultan tan alienígenas: la sinceridad, la compasión y la empatía. No sé si el mundo está preparado para este Superman, pero es exactamente el que necesita ahora mismo.
BRUTAL RESEÑA🔥🔥🔥🫡🫡
👏🏼👏🏼👏🏼 loco por verla.