Descubriendo "Midnight Cowboy"
El clásico del “New Hollywood” recibe el prestigioso tratamiento de The Criterion Collection.
Sinceramente, no sabía qué esperar cuando me senté a ver Midnight Cowboy por primera vez hace una semana. Por años la tuve en esa lista de “Célebres filmes que me abochorna no haber visto” que todo cinéfilo guarda en secreto, así que cuando recibí la copia de la nueva edición en Blu-ray de The Criterion Collection, se me acabaron las excusas para continuar postergándolo.
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Por alguna razón, creí que sería algo más liviano, incluso a sabiendas de que trataba acerca de un prostituto en Nueva York. Quizá décadas de estar viendo referencias de su famosa cita “I’m walkin’ here!” en múltiples comedias influyó en mis expectativas. Evidentemente, no estaba preparado para enfrentarme a una película tan tétrica y cruda, tan extrema en su autenticidad que se puede percibir el hedor que emana de la sórdida costra de las calles de Manhattan, que incluso parecería cubrir el lente de la cámara. Y se podrá imaginar mi sorpresa cuando sumido en su trágico desespero, me conmovió ver la relación de amistad y solidaridad que nace entre dos hombres, abandonados en los márgenes de la sociedad.
Midnight Cowboy es la historia de “Joe Buck” (Jon Voight), un imponente rubio tejano que se traslada de Texas a Nueva York con miras a ganarse la vida acostándose con mujeres a cambio de dinero. De entrada, la granosa cinematografía en 16mm captada por el director John Schlesinger sugieren la áspera realidad que le espera a “Joe” en La Gran Manzana, donde los prostitutos disfrazados de vaqueros son la orden del día en la calle 42. En el mejor papel de su carrera, Voight captura penosamente la absoluta ingenuidad del hombre con la madurez de un adolescente, mientras Schlesinger se encarga de presentar los traumas de su pasado mediante unos estremecedores flashbacks y pesadillas -artísticamente editadas- que dejan claro cómo “Joe” fabricó esta realidad en la que alcanzaría el éxito a través del sexo.
En Nueva York, el vaquero conoce a otro iluso y derrotado soñador, un vagabundo de nombre “Enrico ‘Ratso’ Rizzo” (Dustin Hoffman) que ve en “Joe” la oportunidad de que ambos salgan adelante y que él pueda cumplir su quijotesco sueño de mudarse a Miami, donde cree le irá mejor. La formidable actuación de Hoffman es toda una revelación, incluso habiendo visto la mayoría de sus papeles más aclamados. El salto que el actor da de The Graduate (1967) a esto dos años después, es increíble, una arriesgada movida que todos sus allegados le hicieron creer descarrilaría su carrera. Hoffman habita en cada fibra del andrajoso “Ratso Rizzo”, desde su manera de expresarse hasta la forma en que camina. El fracaso lo carga en los ojos, y verlo tratar de esconderlo le rompe el corazón a cualquiera.
El largometraje ofrece pocos momentos de consuelo ante tanta miseria. Los golpes no cesan para estos dos hombres, pero solo consiguen hacer más estrecho la fortuita amistad que los une. Al igual que The Graduate, Midnight Cowboy concluye a bordo de una guagua. Si el destino al final de ese clásico de Mike Nichols era incierto, el que expone Schlesinger fue el heraldo que marcó la transición entre la era dorada del cine estadounidense y el movimiento New Hollywood que ya llevaba dos o tres años creciendo dentro de la industria. Su inaudita victoria en los Oscar -la primera y única para una película “X”, clasificación que posteriormente fue revertida a “R”- se encargó de sellar ese pase de batón a la generación de cineastas dejaron una huella indeleble en el séptimo arte.
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El disco
El Blu-ray de Midnight Cowboy cuenta con una estupenda presentación de la reciente restauración del filme en 4K que aquí se reproduce en formato 1.85:1 y resolución 1080p. Esta jamás será la película que uno pone para presumir un nuevo televisor HD, pero el norte de Criterion es preservar la autenticidad fílmica de la obra, y este sentido resulta difícil imaginar una mejor versión en formato casero. La pista en inglés se ofrece en dos opciones: original mono y una mezcla en 5.1 DTS-HD. En el debate cinéfilo entre escuchar el sonido original o el remix más moderno, aquí es cuestión de gustos. Ambos se oyen muy bien, limpios y sin señalas de deterioro por el paso del tiempo.
La mayoría de los extras son reciclados de ediciones anteriores en DVD, pero igual no molesta tenerlas todas en un mismo empaque con algunos features nuevos, entre estos una entrevista con el cinematógrafo Adam Holender y otra con Michael Childers, asistente de Schlesinger, quien falleció en el 2003. Los suplementos incluyen un making of, entrevistas de archivo con Voight, Hoffman y el director, y una retrospectiva que se realizó en el 2004 con motivo del 35 aniversario.