“Mulan” triunfa sobre los demás “remakes” de Disney
La nueva versión del clásico animado adquiere las idiosincrasias de las películas chinas de “wuxia”.
Mientras la mayoría de los “live-action remakes” de Disney que hemos visto durante la pasada década se han conformado con ser meros -e inferiores- calcos de los éxitos animados del estudio, Mulan es el primero que aspira a ser algo más que un refrito dirigido a vendernos lo mismo en un nuevo y atractivo empaque. Afuera quedan los números musicales y cómicos sidekicks para introducir elementos idiosincráticos de la cinematografía china, específicamente de las películas de wuxia, acerca de legendarios artistas marciales en cuyas fabulosas aventuras se confunden la historia con la fantasía.
El filme que estrena mañana en Disney+ es lo más cercano que pudiéramos ver en un estreno comercial de Hollywood a obras de la talla de Crouching Tiger, Hidden Dragon o los clásicos del director King Hu. La directora Niki Caro (Whale Rider) realiza un muy buen trabajo de emular el estilo de ese género dentro de las inherentes limitaciones de una producción de Disney que no cuenta con las décadas de experiencia ni la pericia técnica de los veteranos cineastas y coreógrafos de acción que hacen del cine chino todo un espectáculo. Sus mayores logros yacen en la madurez con la que se aborda la historia original, la manera tan natural como destaca a los personajes femeninos como guerreras tan o, incluso, más diestras que sus contrapartes masculinos -sin caer en superficiales discursos de “girl power”- y la nítida composición de las asombrosas secuencias de acción.
Más allá de las acrobacias, la celebración del cine chino queda expuesta en pantalla mediante las actuaciones de varias de sus mayores luminarias.
La trama usted la conoce: “Mulan” (Liu Yifei) es la hija mayor de “Hua Zhou” (Tzi Ma), un retirado general del ejército imperial que es reclutado nuevamente para defender a China de las fuerzas invasoras de Rouran, los proto-mongoles que gobernaban la región al norte del país asiático. El libreto de Ricky Jaffa, Amanda Silver, Lauren Hynek y Elizabeth Martin aprovecha esta segunda oportunidad de contar la famosa leyenda china para corregir varios de los errores de la versión animada, como por ejemplo la procedencia de los invasores, que incorrectamente habían sido identificados como hunos, y el apellido de la familia “Hua”, que antes se pronunciaba burdamente como “Fa”. Al ver su padre convaleciendo por la edad y heridas de guerra, “Mulan” se escapa de su casa armada de la espada y armadura del viejo soldado para tomar su lugar en los rangos militares haciéndose pasar por hombre, consciente de que, de ser descubierta, pudiese ser ejecutada.
Más allá de la estética y las acrobacias -ambas cabalmente ejecutadas a través de la combinación un llamativo diseño de producción y un manejo de cámara que permite apreciar el movimiento de los cuerpos mientras desafían la gravedad en cámara lenta-, la celebración del cine chino queda expuesta en pantalla mediante las actuaciones de varias de sus mayores luminarias, desde las más famosas hasta las que solo les serán familiares a los más cinéfilos. Entre ellas encontramos a las estrellas de acción Jet-Li y Donnie Yen, como el emperador y al comandante del ejército, respectivamente, así como a la queridísima actriz Cheng Pei-Pei, la heroína del clásico Come Drink With Me, como la casamentera. De todas, la más memorable es la inclusión de la aclamada Gong Li como “Xiang Lang”, la “bruja” aliada con los invasores, en un nuevo papel que se entrelaza armoniosamente con el de “Mulan”.
En su primer rol protagónico, Liu Yifei cautiva principalmente a través de la serenidad con la que interpreta a “Mulan”. De su actuación se desprende el tono que impera a lo largo de una producción que constantemente se esfuerza por distinguirse. Los cambios funcionan mayormente a su favor, aunque habrá quienes extrañarán al dragón “Muschu” y a los demás soldados que acompañaban a la joven guerrera, así como las canciones cuyas melodías sí se escuchan en la banda sonora a cargo de Herry Gregson-Williams. Para ellos, ahí está el filme del 1997. Para los fanáticos del cine chino y la riqueza de sus tradiciones artísticas, aquí tenemos esta versión de Mulan.