Hugh Jackman canta y encanta en "The Greatest Showman"
El actor australiano da cátedra de su versatilidad en este anacrónico musical tan clichoso como pegajoso.
Cuando de musicales se trata, ¿basta con un contagioso repertorio de canciones para obtener una buena película? The Greatest Showman sugiere que sí.
De hecho, los letristas Benji Pasek y Justin Paul ya habían hecho valer la certeza de esto a principios de año con el éxito de La La Land, cuyas memorables canciones fueron de su autoría. Incluso les valió un Oscar por City of Stars, y para demostrar que no serán un dúo de one-hit wonders, ahora regresan con un nuevo musical repleto de temas que -al igual que La La Land- su soundtrack seguro tendrá más reproducciones que el Blu-ray del filme.
Mientras el título se refiere a P.T Barnum -el filántropo que a mediados del siglo 19 fundó el popular Barnum & Baileys Circus que justo este año cerró su carpa tras 146 años de funciones- el verdadero “greatest showman” lo es Hugh Jackman, quien a lo largo de su carrera ha más que probado que puede cargar con esa etiqueta. Más allá de la efectividad de las canciones, el musical se sostiene de su incomparable magnetismo y carisma para ocultar la blandura de su libreto, compuesto de un sinnúmero de clichés que -afortunadamente- vienen compactados en 105 minutos que avanzan con ligereza.
El norte del novato director Michael Gracey aparenta ser la extravagancia visual de Baz Luhrman, pero sus aspiraciones aún están bastante lejos de su alcance. Sin embargo, para ser su ópera prima, deja una buena impresión. Los números musicales -que funcionan más como vídeos individuales que como partes íntegras de un todo- resultan visualmente atractivos e ingeniosos en su uso de transiciones entre diversos escenarios. Gracey apenas deja espacio para respirar entre una canción y la otra, como si consciente de que, al parar, las debilidades del guión saldrían a flote, así que mejor dejar que la música se encargue llevar la batuta de la acción.
La trama es una versión súper simplificada de la vida de Barnum (Jackman), quien en vida trabajó como autor, publicista y hasta político. Aquí, en menos de cinco minutos lo vemos crecer de un niño pobre, hijo de un sastre, a un hombre hecho y derecho con suficiente dinero para montar un show de “freaks” que apela a la curiosidad de las masas por ver lo extraño y desconocido. De la noche a la mañana se convierte en millonario, y el filme básicamente se centra en presentarlo lidiando con su popularidad y la división de lealtades entre sus empleados, su familia y su oficio.
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Zack Efron and Zendaya
A favor de la producción está un robusto reparto secundario dentro del que despuntan Zac Efron -en un regreso triunfal a los musicales- y la joven Zendaya. Ambos tienen a su cargo Rewrite the Stars, uno de los números más memorables del largometraje, que involucra romance y acrobacias dignas de cualquier escenario en Broadway. Por el contrario, en lo que sobresale como un grave desperdicio de talento, Michelle Williams tiene a su cargo el trillado papel de la esposa olvidada, un personaje atípico dentro de la respetada filmografía de la célebre actriz.
Irónicamente, al margen quedan los “freaks” del show, como la mujer barbuda interpretada por Keala Settle, quien entona el tema This is Me que el estudio 20th Century Fox está impulsado a pesar de que hay dos o tres mejores, entre ellos el mencionado anteriormente entre Efron y Zendaya, A Million Dreams y Never Enough. Estos personajes quedan en el olvido, opacados por las estrellas del elenco. Uno pudiese pensar que una versión del libreto les daba más espacio a sus historias como partes esenciales del espectáculo del protagonista, pero lo que acaba en pantalla a duras penas suma una nota al calce.
La historia dirá si The Greatest Showman es más que una mera novedad, un curioso sideshow de temporada como los que el propio Barnum montaba en su circo. Por ahora, tenga por seguro que su soundtrack es una de las primeras cosas que buscará en su celular tan pronto salga de la sala. Evidentemente, esos chicos de La La Land saben dos o tres cosas acerca de componer canciones pegajosas.