“Widows”: Steve McQueen dirige el mejor elenco del año
Viola Davis lidera un reparto que se desborda en talento en este cautivante thriller del director de 12 Years a Slave.
En buen español, el elenco de Widows es “mucho con demasia’o”. Cada papel, por más pequeño que sea, está perfectamente pareado a un actor o actriz hecho a su medida. Incluso algunos roles que parecerían estar desaprovechando el inmenso talento de estos artistas -como Jackie Weaver o Carrie Coon- dejan una impresión inmediata, que poquito a poco van sumándose al resto del imponente poderío histriónico para producir un trabajo que hace brillar tanto la labor en conjunto como la individual. Algunos apenas tienen una o dos líneas de diálogo. El trasfondo de relaciones enteras se manifiesta cinematográficamente sin mediar palabra, algo que solo se consigue cuando los cineastas del mejor calibre coinciden delante y detrás de la cámara.
Widows es el primer filme comercial de Steve McQueen, y si somos muy pero que muy afortunados, no será el último.
Delante de ella, hay muchos nombres: Liam Neeson, Robert Duvall, Michelle Rodríguez, Cynthia Erivo, Daniel Kaluya, Elizabeth Debicki… pero, principalmente, uno: Viola Davis. Detrás, Steve McQueen y Gillian Flynn. La ganadora del Oscar y el director de Hunger, Shame y 12 Years a Slave nacieron para trabajaron juntos. La temeraria presencia escénica de ella tenía que honrar la filmografía de él, colmada de actuaciones mayúsculas. Actualmente, son pocos los actores que proyectan una sombra mayor que la de “Viola Davis”. Mientras, Flynn continúa abriéndose camino como una de las guionistas más prometedoras del momento, produciendo excelentes libretos de dos de sus novelas -Gone Girl y la miniserie de HBO, Sharp Objects-, y coescribiendo con McQueen esta entretenidísima adaptación de una serie británica de la década del 80.
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Widows es el primer filme comercial de McQueen, y si somos muy pero que muy afortunados, no será el último. Cineastas de su talla solían ser bastante comunes en la cartelera de las salas comerciales. Nombres como Michael Mann, Martin Scorsese, Steven Soderbergh, David Fincher, entre otros, no eran extraños en esos lares. Hoy, hay que buscar esta clase de entretenimiento en los “arthouses”, el Video On Demand o través de “streaming”. McQueen trae a la mesa todo su kit de herramientas y lo pone al servicio de una producción de estudio que lamentablemente se ha convertido en la excepción: el thriller adulto, expertamente ejecutado. En él convergen las virtudes del llamado “cine de arte” con la más pura diversión que los estrenos populares pueden ofrecer, el tipo de largometraje que 20th Century Fox siempre ha respaldado y que ahora se ve en peligro tras la venta del estudio a Disney, para el que no existe tal cosa como la clasificación “R”.
Basta con ver los primeros minutos de Widows para saber que estamos en manos de un maestro del medio. McQueen entrecorta entre dos tiempos: un atraco que acaba en tragedia, y una pareja que se entrega en la intimidad. En uno vemos “Harry Rawlings” (Neeson), un ladrón de carrera, mientras muere junto a sus secuaces a manos de la Policía tras cometer un robo de millones de dólares. En el otro, vemos a “Harry” junto a su esposa, “Verónica” (Davis). Nada se habla entre ellos. Todo se dice a través de sus gestos y acciones, tanto la profundidad de su relación como la longevidad de esta. Tras la muerte de “Harry”, la película amplia su enfoque para presentar a las otras viudas: “Alice” (Debicki) y “Linda” (Rodríguez). Ninguna se conoce entre sí, pero el último crimen perpetrado por sus maridos hará que sus vidas se intersequen.
A la telaraña de secretos y traiciones se le suman otros personajes. Brian Tyree Henry -de la serie Atlanta- interpreta a “Jamal Manning”, el aspirante a concejal de un distrito de Chicago cuyo dinero fue robado por “Rawlings”, y ahora le da a “Verónica” un mes para conseguirlo de vuelta. Su mano derecha es su hermano, “Jatemme”, encarnado por Daniel Kaluuya con una calmada peligrosidad que congela la sangre. También está Colin Farrell como “Jack Mulligan”, hijo del actual concejal, “Tom Mulligan” (Duvall), que también aspira a ese puesto y teme perder ante “Jamal”. Este puñado de criminales y políticos (¿hay alguna diferencia?) son las piezas sobre el tablero que “Veronica” se ve obligada a posicionar para poder cometer el robo que su esposo nunca realizó y así librarse de la deuda. Pero para ello necesitará ayuda.
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Como todo “heist movie”, el gancho está en el atraco. El libreto de Flynn y McQueen dedica el grueso de su duración a los preparativos del asalto, tiempo que a su vez utiliza para tocar temas como el abuso de poder, la corrupción política, los prejuicios de géneros y otras tangentes que, lejos de distraer de la trama principal, en realidad abonan a ella. Si bien Davis es la estrella alrededor de cuya fuerza gravitacional orbita el resto de los astros, estos también brillan por cuenta propia. Debicki está sensacional como la esposa maltratada que toma cartas en el asunto tras cansarse de ser una víctima; Rodríguez nunca ha carecido de una actitud que haga pensarlo tres veces antes de meterse con ella; y cuando se les une Cynthia Erivo… sálvese quien pueda. Juntas son imparables.
Es un cliché decir “ya no las hacen como antes”, pero es cierto. Ya no las hacen como antes. Widows es un thriller ejemplar, que lo mismo secuestra nuestra total atención a través de su historia que mediante el estupendo desempeño de sus protagonistas, así como por las destrezas de su director. Vaya por la razón que vaya, ya sea porque es seguidor de la carrera de McQueen, fanático de Davis o simplemente porque quiere ver una buena película en el centro comercial, saldrá más que satisfecho.