"The 15:17 to Paris": tedioso recuento de una heroica hazaña
El director Clint Eastwood no encuentra la manera de extraer una buena película de este hecho verídico.
El estremecedor recuento verídico que se realiza en The 15:17 to Paris -acerca del ataque en el tren de Ámsterdam a París del 2015 que fue frustrado por cuatro pasajeros- pudo haber sido material idóneo para narrarse en un documental, o quizás un excelente cortometraje. Sin embargo, como película de apenas hora y media de duración, no hay suficiente tela de dónde cortar, por más que el director Clint Eastwood y la guionista Dorothy Blyskal crean que sí.
La acción se resume en unos cinco minutos, que en realidad no fueron más que segundos, el tiempo que les tomó a los estadounidenses Spencer Stone, Alek Skarlatos y Anthony Sadler desarmar y contener a Ayoub El Khazzani, el extremista marroquí que subió al tren con una ametralladora y cientos de municiones con el objetivo de matar al mayor número de personas posible. El hecho de que Eastwood haya elegido a los verdaderos héroes para protagonizar el filme de su valiente gesta -con todo y la absoluta falta de talento actoral que hay entre los tres- resulta encomiable. Incluso, osado, pero funcionan en contra de la efectividad de la producción.
De entrada el filme arranca con el pie izquierdo, remontándose a la infancia de estos hombres interpretados por niños actores que -increíblemente- exhiben menos dominio del arte histriónico que ellos. El casting también resulta problemático en los papeles secundarios, recurriendo a artistas principalmente versados en la comedia -como Jenna Fisher, Judy Greer, Tony Hale, Thomas Lenon y hasta Jaleel White, mejor conocido como Steve Urkel- para expresar líneas como “Hemos consultado con el Señor (Dios), y creemos que su hijo estaría mejor viviendo con su padre”. No hay quién los pueda tomar en serio.
Acto seguido, una vez los verdaderos héroes hacen su debut en pantalla, el libreto de Blyskal -coescrito por Sadler y Skarlatos- procede a seguir todo el entrenamiento militar de Alek y Spencer, para luego mostrar con exceso de detalles el viaje por Europa que los llevó hacia lo que la película, y Stone mismo cree, era su destino. La dirección de Eastwood en ese momento crucial es tan experta como de costumbre, pero no logra extraer una narrativa cautivante de nada de lo que precede.
Quizás su meta era mostrar lo irrelevante de estos muchachos, y cómo de cualquiera puede surgir un héroe, pero basta con ver sus últimos trabajos para notar qué fue lo que le llamó la atención. American Sniper, Sully y ahora The 15:17 to Paris se basan en historias reales acerca de estadounidenses ordinarios en situaciones extraordinarias. Contrario a Sniper, el estreno de hoy no raya en la propaganda militar, pero si sirve a la agenda republicana Eastwood de resaltar el “excepcionalismo americano”. Por fortuna, la gente recordará a estos hombres por su hazaña, y no por la tediosa adaptación cinematográfica de ella.