“Wakanda Forever” se viste de luto para despedir a un héroe y amigo
La secuela al éxito del 2018 le rinde un sentido homenaje al actor Chadwick Boseman.
La muerte jamás ha sido definitiva en los cómics de superhéroes. No realmente. Salvo un puñado de personajes secundarios o terciarios -que pocas personas recuerdan, e incluso menos conocen- la mayoría de los héroes y villanos que han caído en sus páginas han regresado a la vida varios ejemplares después. Quizá luciendo un disfraz diferente, con un superpoder más, un superpoder menos, o dibujado por otro artista, pero en esencia son los mismos. Con la llegada del multiverso a las tramas interconectadas y cada vez más rebuscadas de las producciones de Marvel, es solo cuestión de tiempo para que ocurra algo similar en el ultra popular MCU. Esto hace de Black Panther: Wakanda Forever un filme singular, porque tras la trágica e inesperada muerte del actor Chadwick Boseman en agosto de 2020, quien durante años escondió un padecimiento de cáncer, estas películas se vieron forzadas a enfrentar la mortalidad como lo que es: un hecho permanente.
El fallecimiento de Boseman provocó que la secuela al exitazo del 2018 tuviese que ser reescrita, y lo que hoy vemos en pantalla es posiblemente el mejor resultado de una serie de difíciles y duras decisiones, que no funcionarán del todo, pero sobresalen en las áreas que importa. Ryan Coogler, director y guionista de ambas películas, sabiamente descartó contratar a otro actor y mucho menos consideró la opción de recrear a Boseman a través de efectos digitales, por lo que la secuela toma como punto de partida la muerte del rey “T’Challa”, protector de la nación africana de Wakanda, a quien se le concede el título de “Black Panther”, lo que significa que tanto los personajes como los actores que los interpretan atraviesan el mismo proceso duelo. El efecto es muy poderoso y conmovedor, incluso cuando Marvel se ve obligado a “marvelear”, pero primero hablemos del elenco que se encarga de elevar este largometraje por encima de sus debilidades.
Letitia Wright regresa como “Shuri”, hermana de “T’Challa”. Usted probablemente leerá y escuchará mucho acerca de otros dos integrantes del reparto, pero si Wakanda Forever convence en términos emocionales, lo es, en gran parte, gracias a ella. La tristeza que acongoja a todos los actores y actrices es palpable en cada escena del filme, pero es Wright quien tiene sobre sus hombros el trabajo más difícil, pues le toca no solo expresar la pena por la partida de su colega y hermano en la película, sino asumir el rol protagónico y tratar de llenar el vacío que este dejó atrás. Wright no es Boseman, de eso todo el mundo está consciente, pero la joven actriz astutamente no pretende llenar sus zapatos. Al contrario, su objetivo aparenta ser rendirle un emotivo tributo en pantalla mientras, a la misma vez, desarrolla su propio personaje. La artista sobresale en ambas áreas y resulta imposible imaginar cómo debe haber sido ese proceso tan estresante para ella.
Wright no es la única que se debate entre el luto de la realidad y las necesidades de la ficción. El largometraje en sí se ve atrapado en ese tira y hala, esmerándose por proporcionar una clausura catártica y emocional a un duro capítulo en las vidas de quienes quisieron a Boseman, mientras por otro lado se ve obligado a servir como oferta de entretenimiento atada a todo un multiverso de series y películas. Cuando se enfoca en lo primero, Wakanda Forever logra ser por momentos una estupenda secuela. Por el contrario, cuando los requisitos del MCU se entrometen en el argumento, la trama patina y contrasta tonalmente con el resto de los acontecimientos.
Quien mejor queda integrado al libreto es “Namor”, el supuesto villano interpretado por el mexicano Tenoch Huerta, en un papel que, con suerte, lo convertirá en una mega estrella. La historia de origen que Coogler traza para el personaje lo hacen una víctima más de las barbaries del colonialismo español en las Américas, transformándolo en un tipo de antihéroe que -por razones que no voy a revelar aquí- lo fuerzan a amenazar al reino de Wakanda, aún cuando los fines de ambas naciones es muy similar. Huerta secuestra la atención del público cada vez que aparece en escena, con apabullante convicción y temeridad. Su arco dramático va de la mano del de “Shuri”, por lo que ambos se sirven de reflejo, además de protagonizar la mejor secuencia de acción de la película. Salir de Wakanda Forever sin jurar lealtad a #TeamNamor es una imposibilidad.
En el polo opuesto del espectro, está Dominique Thorne como “Riri”, mejor conocida como “Ironheart”. La actriz no solo tiene el rol menos desarrollado, sino que para colmo su única función es ser un mero McGuffin, una pieza en el tablero que todos quieren, pero que carece de importancia. Ya tendrá su propia serie en Disney+ y, con suerte, la escribirán mejor, pero tanto ella como los regresos de Martin Freeman, como el agente “Everett Ross”, y Julia Louis-Dreyfus, como la insufrible “Valentina Whatever”, son los tres principales causantes de que esta secuela no sea tan buena como su tremenda predecesora. Si Black Panther consiguió ser tan memorable, lo fue en gran medida porque estuvo mayormente desvinculada del resto del MCU. Aquí, los tentáculos de las maquinaciones del productor Kevin Feige para que esto sirva de punto de enlace con lo que sea que tienen planeado para series y filmes que saldrán dentro de tres a cinco años, le restan peso dramático al argumento.
Dicho eso, la secuela ciertamente no carece de peso dramático. La principal proveedora de este se llama Angela Bassett, quien se devora todas y cada una de sus escenas. Cuando no pone al espectador a temblar con su inquebrantable fortitud, le rompe el corazón con su conmovedora interpretación de una madre sufriendo la pérdida de su hijo. Ojalá hubiera más de ella que de los susodichos en el párrafo anterior. De ella y de otras dos actorazas, Lupita Nyong’o y Danai Gurira, la primera en un rol más reducido y la segunda… mejor no hablemos de lo que le hacen a “Okoye”. Cuando la cámara se enfoca en sus semblantes, o el de Wright o el de Huertas, el largometraje es un digno y melancólico homenaje a un actor que perdimos muy pronto y un personaje que se ganó el cariño de millones de personas alrededor del planeta. La muerte es para siempre, pero Boseman seguirá viviendo a través de “Black Panther”. Wakanda Forever es su hermosa despedida.