“Ready or Not”, esta película deja una impresión
Una novia pasa una noche de bodas infernal tras conocer a la retorcida familia de su novio.
El título no pregunta. Si acaso, advierte, como si diciendo “Ready or Not”, aquí les va esta retorcida película… para la que la mayoría del público probablemente esté “or Not”.
La premisa le añade un doble sentido al título, pues se trata sobre una pareja de recién casados y el novio no se ve muy preparado para decir “sí, acepto”, porque él sabe que en la noche de bodas cabe la posibilidad de que no se vaya a consumar el matrimonio, sino un antiguo sacrificio. El novel argumento -en el que parecen fusionarse Clue y You’re Next- se presta para una entretenida cinta de terror con pinceladas de humor muy, MUY, oscuro, que si bien abusa de los clichés del género y pudo haberse beneficiado de más chistes que de sobresaltos, se mantiene a flote gracias en gran medida a la divertida actuación de Samara Weaving, quien aquí despunta directo al estrellato.
Weaving interpreta a “Grace”, la novia que se apresta a contraer nupcias con “Alex Le Domas” (Mark O’Brien), uno de los tres hijos de una excéntrica familia de multimillonarios (¿existe alguna otra clase?) que hizo su fortuna a través de los juegos de mesa. La estricta tradición dicta que toda persona que se una a su círculo familiar debe participar de un juego en su noche de bodas, y para la mala suerte de “Grace”, a ella le toca jugar "al esconder". Las reglas son las mismas que usted seguro conoce desde la infancia, pero con una gran diferencia: “Grace” debe intentar sobrevivir hasta que salga el sol mientras el resto de los Le Domas la acechan dentro de la mansión para matarla.
Lo que procede son 90 minutos de locura, gritos, muerte, sátira y los peores suegros y cuñados que se hayan visto recientemente en el cine. El libreto de Guy Busick y Ryan Murphy no esconde su desdén por la clase alta -el llamado 1%-, expuesto en pantalla a través de “Grace”, incrédula de que esta barbarie le esté ocurriendo a ella. Weaving es quien se encarga de vender el humor y transmitir la crítica social que nunca profundiza más allá de la superficie. Esto no es Get Out, pero tampoco pretende serlo. Si como espectadores nos montamos en este sangriento viaje, es gracias a Weaving y su reacción a todo lo que está pasando como una de las más memorables “final girls” que han aparecido en el género en los últimos años.
Los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett -conocidos como el dúo Radio Silence-, realizan un buen trabajo en su ópera prima, particularmente en lo que compete a cómo utilizan la mansión de los Le Domas como una extensión de la familia misma: arcaica, privilegiada y pretenciosa. La ambientación es excelente, pero su enamoramiento con los tropos del género los lleva a apoyarse demasiado en ellos, por lo que el segundo acto se torna monótono mientras “Grace” trata de mantenerse con vida. Es aquí donde la comedia debió servir de contrapunto, pero el humor que fácilmente pudo haberse extraído de este argumento queda mayormente desaprovechado tanto por los directores como los guionistas, y lo triste es que el elenco estaba perfecto. Andie MacDowell, como la suegra, brilla en sus breves escenas, al igual que Henry Czerny como el patriarca Le Domas y Adam Brody como el cuñado, pero las risas son pocas y demasiado esparcidas.
Sin embargo, estrenos tan particulares como Ready Or Not -sobre todo viniendo de un estudio como Fox Searchlight, que se dedica primordialmente al “cine de arte”- son cada vez más y más raros en las salas comerciales, que es fácil perdonarle sus faltas y enfocarse en los logros. Como mínimo, es una satisfactoria distracción con una premisa que la distingue, y el final por si solo vale el precio de admisión.