"12 Strong": competente filme bélico sin memoria histórica
El recuento cinematográfico de esta hazaña militar se enfoca en la acción e ignora la historia, así como la política.
Para disfrutar de 12 Strong, lo primero que deberá hacer es pretender que los últimos 17 años no existieron, que Estados Unidos invadió Afganistán en el 2001 tras los ataques del 9/11, y la región finalmente encontró la paz que la había eludido durante siglos.
Los cierto es que el mayor legado del interminable War on Terror que desató la administración del expresidente George W. Bush -y que han perpetuado todos sus sucesores- ha sido desestabilizar aún más la zona y multiplicar la desgracia. El filme pretende que usted ignore este significativo detalle y se enfoque en el heroísmo de la docena de soldados que fueron los que dieron el primer golpe contra el Talibán pocas semanas después de que dos aviones derrumbaron las Torres Gemelas en Manhattan. La política, la historia, las consecuencias, nada de eso tiene cabida aquí.
Sin embargo, a pesar de la miopía del libreto, 12 Strong no recurre al descarado jingoísmo promulgado por directores como Peter Berg (Lone Survivor) y Clint Eastwood (American Sniper), cuyos relatos de gestas militares ha sido filmado por cámaras equipadas con gríngolas y a través de un filtro decorado por barras y estrellas. El libreto se enfoca plenamente en las particularidades de la misión, sin necesidad de darse golpes en el pecho ni enaltecer desmedidamente a los verdaderos protagonistas de este suceso.
Chris Hemsworth interpreta al capitán Mitch Nelson, líder del equipo de las Fuerzas Especiales que se ve en la obligación de mantener la frágil diplomacia con un grupo de guerreros tribales del aguerrido país asiático para retomar un bastión del Talibán y sus aliados de Al-Qaeda. Los militares tienen apenas 21 días para cruzar más de 40 millas de territorio hostil antes de que el duro invierno caiga sobre la región y le dé la ventaja a los soldados que están acostumbrados a combatir en esas crudas condiciones.
La docena militar se compone de caras que por sí solas cuentan historias, como las de Michael Shannon y Michael Peña, que basta con fijar la mirada en ellas para inferir una idea del arquetipo que encarnan. El guión no ofrece mayor desarrollo sobre los personajes principales, más allá de exponer que son padres de familia deseosos de regresar con vida a sus hogares, pero la camaradería entre los soldados se transmite efectivamente, logrando a su vez un vínculo con el espectador.
El director Nicolai Fuglsig hace su debut en Hollywood empleando su experiencia en fotoperiodismo para evitar que el largometraje se convierta en una procesión de tiroteos explosiones característicos del cine de Michael Bay. Fuglsig mantiene la acción con los pies sobre la tierra, persiguiendo un sentido de verosimilitud y peligrosidad similar al que capturó Ridley Scott en su intensa Black Hawk Down, sin apartarse mucho de los personajes envueltos en el conflicto.
En lo que atañe a las actuaciones, resulta refrescante ver a Shannon salirse de su zona de confort con papeles viles y retorcidos -como lo verán repetir próximamente en The Shape of Water- con alguien como el teniente Hal Spencer, que si bien no es más que un simple boceto de un soldado que ha visto lo peor de lo peor en el campo de batalla, el actor consigue hacer mucho con poco. Lo mismo se puede decir de Peña y Hemsworth, este último asumiendo el rol de líder cómodamente a medida que se distancia del universo de Marvel para aceptar ofertas que requieren mayor madurez.
Si logra obviar las realidades que aún se viven hoy en Afganistán -tal y como lo hace el filme, incluso en los datos que ofrece textualmente antes de los créditos finales-, 12 Strong lo recompensará con una sólida dosis de acción. Solo no espere más que eso.